- 1 calabacín
- 250g de champiñones (mejor silvestres que cultivados)
- 250g de judías verdes
- 1 diente de ajo
- 1 cebolla
- sal
- aceite
Para la salsa de café:
- 1 vaso de café
- 75g de azúcar
- 3 cucharadas soperas de vinagre de jerez
- 3 cucharadas soperas de vinagre de módena
- 12 cucharadas soperas de aceite
Elaboración:
Se quita la piel del calabacín, se trocea en pequeños dados y se hierve en agua con un poco de sal hasta que esté al dente. Las judías verdes se preparan en juliana, hervidas en agua con sal y se rehogan con la cebolla (previamente cortada en cuadraditos y sofrita en aceite hasta que quede transparente). Los champiñones se limpian bien con agua, se elimina la parte final del pedúnculo, se laminan y se sofríen con unas gotitas de aceite en las que previamente se ha frito el diente de ajo entero con piel (que después se quita y se reserva para cualquier otro guiso).
Para la salsa, en una olla pequeña se pone el vaso de café con el azúcar y se hierve hasta conseguir un almíbar. Se pone en un envase de crital con tapa y se deja enfriar. Se añaden al almíbar los dos vinagres y el aceite y se emulsionar (cerramos el bote y agitamos).
Para presentar este plato a mí me gusta hacerlo en platos blancos para poder disfrutar de todos los colores de los ingredientes, y utilizar un molde para que las verduras queden bien colocaditas. Ponemos el molde en el centro del plato y disponemos abajo el calabacín, en medio los champiñones y arriba las judías verdes. Entre las capas es necesario presionar para que queden compactas y no se rompan al eliminar el molde. Metemos el bote de cristal en el microondas (sin tapa) para calentar la salsa antes de servir, echamos un poco de salsa en cada molde y marcamos el plato con unas gotas para decorar. Quitamos los moldes y a comer! El resto de la salsa, lo ponemos en una salsera para quien quiera añadirse más.
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